El Honda CR-Z de producción, en persona
No es tan agresivo como el prototipo original, pero el CR-Z nos sigue gustando, y mucho. El híbrido deportivo de Honda
ha visto hoy en Tokio su presentación como modelo de pre-producción. Ha
crecido algún centímetro de altura, y su trasera no es tan tendida,
pero la habitabilidad interior lo agradecerá.
Este modelo
recupera la esencia estética del CR-X, el cupé derivado de la
plataforma del Civic que vimos a finales de los años 80 y murió a
mediado de los 90. La idea es ofrecer una alternativa deportiva al Insight,
compartiendo la mecánica prácticamente sin cambios, pero contando con
algo más de rabia, y un cambio manual de seis velocidades. Por el bien
de los aficionados, más nos vale que el coche pese poco y tenga algún
caballito más, porque los más de 10 segundos del Insight en el 0 a 100
no casarían con esta estética de coche rabioso y con mala leche.
Sabemos que la cilindrada del motor térmico se agranda hasta los 1,5
litros, así que algún caballito se ganará, al tiempo que seguimos
teniendo en cuenta que Honda sabe hacer motores puntiagudos y
deportivos como pocas casas. La llegada al mercado se producirá, según
se comenta, a finales del próximo otoño en el caso de Norteamérica.
Japón
lo tendrá antes (¿primavera?) y Europa, pues todavía no se sabe con certeza.
Ah, antes de terminar no me puedo olvidar de comentar que Honda no ha
comentado nada sobre el esquema de suspensiones. Como recordarás, los
viejos Civic y
derivados se vanagloriaban de una suspensión por triángulos
superpuestos en ambos ejes, lo que les daba una agilidad y un
comportamiento de primera categoría.
El problema es que los
nipones decidieron estudiar bien el mercado y sus clientes, y
descubrieron que pocos de ellos daban valor a esto, y preferían más
espacio para el maletero, por lo que tanto el Insight como el Civic
llevan ahora ejes torsionales. Si la lógica se impone, el CR-Z vendrá
también con este sistema, pero por pedir que no quede: Honda, ¡haznos
el favor de usar una independiente detrás!
No es tan agresivo como el prototipo original, pero el CR-Z nos sigue gustando, y mucho. El híbrido deportivo de Honda
ha visto hoy en Tokio su presentación como modelo de pre-producción. Ha
crecido algún centímetro de altura, y su trasera no es tan tendida,
pero la habitabilidad interior lo agradecerá.
Este modelo
recupera la esencia estética del CR-X, el cupé derivado de la
plataforma del Civic que vimos a finales de los años 80 y murió a
mediado de los 90. La idea es ofrecer una alternativa deportiva al Insight,
compartiendo la mecánica prácticamente sin cambios, pero contando con
algo más de rabia, y un cambio manual de seis velocidades. Por el bien
de los aficionados, más nos vale que el coche pese poco y tenga algún
caballito más, porque los más de 10 segundos del Insight en el 0 a 100
no casarían con esta estética de coche rabioso y con mala leche.
Sabemos que la cilindrada del motor térmico se agranda hasta los 1,5
litros, así que algún caballito se ganará, al tiempo que seguimos
teniendo en cuenta que Honda sabe hacer motores puntiagudos y
deportivos como pocas casas. La llegada al mercado se producirá, según
se comenta, a finales del próximo otoño en el caso de Norteamérica.
Japón
lo tendrá antes (¿primavera?) y Europa, pues todavía no se sabe con certeza.
Ah, antes de terminar no me puedo olvidar de comentar que Honda no ha
comentado nada sobre el esquema de suspensiones. Como recordarás, los
viejos Civic y
derivados se vanagloriaban de una suspensión por triángulos
superpuestos en ambos ejes, lo que les daba una agilidad y un
comportamiento de primera categoría.
El problema es que los
nipones decidieron estudiar bien el mercado y sus clientes, y
descubrieron que pocos de ellos daban valor a esto, y preferían más
espacio para el maletero, por lo que tanto el Insight como el Civic
llevan ahora ejes torsionales. Si la lógica se impone, el CR-Z vendrá
también con este sistema, pero por pedir que no quede: Honda, ¡haznos
el favor de usar una independiente detrás!