El circuito de Sepang acoge la segunda prueba del Mundial y para algunos ya parece más que una final
La tranquilidad que se respira en Brawn GP contrasta enormemente con los nervios que se han desatado en los tres equipos ‘grandes’ de la parrilla después del fracaso vivido en Australia. BMW, Ferrari y McLaren, las tres escuderías que dominaron el último campeonato y que hace ni tan siquiera una semana lucían orgullosas la vitola de favoritos, han sido pasto de los nervios. Para ellos, indiscutiblemente, Sepang es mucho más que un examen, es una final y se juegan la credibilidad.
“Sigo pensando que Ferrari, BMW y McLaren siguen siendo los equipos grandes de la F1. Si este año pueden luchar por el título o no, ya lo veremos, pero nunca hay que dejarlos aparte”, advertía Fernando Alonso. Nadie les descarta, pero es evidente que el Mundial se les ha puesto cuesta arriba y otro triunfo de Brawn GP reflejaría que no sólo no fue un accidente sino que han perdido la posición dominante y quizás la condición de aspirante.
El difusor trasero que utiliza Brawn GP, conjuntamente con Toyota y Williams, en un denominador común, pero no es el único. La decisión del Tribunal de Apelación de la FIA, el próximo 14 de abril en París, marcará el signo del campeonato. De ratificar la decisión de que es legal, el resto los incorporará de inmediato. Algunos piensan hacerlo ya en China, porque se lleva ya tiempo trabajando en ello, otros deberán esperar otras dos carreras y lo harán en Barcelona, pero lo cierto es que Button y Barrichello seguirán teniendo esa posición de privilegio que ostentaron en el Albert Park.
Después de firmar el peor estreno de Ferrari desde 1992, Stefano Domenicali ha admitido que el rendimiento de sus bólidos no es el esperado y que la fiabilidad del F60 será un duro caballo de batalla en este inicio de campeonato. “Nuestro gran problema fue la fiabilidad del monoplaza, pero he de ser honesto y decir que los resultados de la carrera se decidieron por falta de rendimiento. En retrospectiva, la estrategia de Felipe no fue la correcta, fue demasiado agresiva. La de Kimi no estuvo mal, así que ahora debemos hacer una lista de prioridades”, apuntó.
El presidente Montezemolo disculpaba a los suyos, pero exige una reacción. “La primera carrera ha ido mucho peor de lo que esperábamos. No hay duda de que estamos pagando el precio del Mundial 2008, que terminó en la última curva, de la última vuelta, de la última carrera”, apuntaba en la prensa italiana.
A McLaren, por su parte, le tocó la lotería. Pese a la falta de competitividad del MP4-24, el equipo pudo poner uno de sus monoplazas en el podio después de que Lewis Hamilton, que salió en la última posición, finalizara la prueba en el tercer lugar. El campeón inglés, sin embargo, toca con los pies en el suelo y advierte: “No podemos guiarnos por el podio de Australia, nuestro coche está bajo en rendimiento”.
¿Qué le pasa al McLaren? “En Australia sumamos más puntos de los que realmente esperábamos. Yo esperaba sumar un punto, así que haber conseguido seis fue un éxito. Exprimí toda la velocidad que tiene el coche, conduje una de mis mejores carreras y competí con todo corazón, pero este es el monoplaza más difícil que he pilotado en toda mi vida, pero en cuestión de fiabilidad va bien”, confiesa Hamilton.
McLaren tiene claro que el problema radica en la aerodinámica y en el chasis, ya que el motor Mercedes ha demostrado ser el más potente de la parrilla. El bólido es muy inestable en curva, sin agarre y no tracciona bien.
Por último, hay que hablar del increíble caso de BMW, que siendo la marca que más a favor ha estado de la introducción del KERS, uno de sus coches no lo utilizaba y, precisamente, era el de Robert Kubica que luchó por las primeras plazas. Lejos de los Brawn, el coche era o no competitivo según si llevaba el sistema de recuperación de energía cinética, con lo que los tres equipos grandes, junto a Renault, que son los únicos que equipan el KERS, se plantean ya dejar de utilizarlo si en Malasia no da ventaja.
La tranquilidad que se respira en Brawn GP contrasta enormemente con los nervios que se han desatado en los tres equipos ‘grandes’ de la parrilla después del fracaso vivido en Australia. BMW, Ferrari y McLaren, las tres escuderías que dominaron el último campeonato y que hace ni tan siquiera una semana lucían orgullosas la vitola de favoritos, han sido pasto de los nervios. Para ellos, indiscutiblemente, Sepang es mucho más que un examen, es una final y se juegan la credibilidad.
“Sigo pensando que Ferrari, BMW y McLaren siguen siendo los equipos grandes de la F1. Si este año pueden luchar por el título o no, ya lo veremos, pero nunca hay que dejarlos aparte”, advertía Fernando Alonso. Nadie les descarta, pero es evidente que el Mundial se les ha puesto cuesta arriba y otro triunfo de Brawn GP reflejaría que no sólo no fue un accidente sino que han perdido la posición dominante y quizás la condición de aspirante.
El difusor trasero que utiliza Brawn GP, conjuntamente con Toyota y Williams, en un denominador común, pero no es el único. La decisión del Tribunal de Apelación de la FIA, el próximo 14 de abril en París, marcará el signo del campeonato. De ratificar la decisión de que es legal, el resto los incorporará de inmediato. Algunos piensan hacerlo ya en China, porque se lleva ya tiempo trabajando en ello, otros deberán esperar otras dos carreras y lo harán en Barcelona, pero lo cierto es que Button y Barrichello seguirán teniendo esa posición de privilegio que ostentaron en el Albert Park.
Después de firmar el peor estreno de Ferrari desde 1992, Stefano Domenicali ha admitido que el rendimiento de sus bólidos no es el esperado y que la fiabilidad del F60 será un duro caballo de batalla en este inicio de campeonato. “Nuestro gran problema fue la fiabilidad del monoplaza, pero he de ser honesto y decir que los resultados de la carrera se decidieron por falta de rendimiento. En retrospectiva, la estrategia de Felipe no fue la correcta, fue demasiado agresiva. La de Kimi no estuvo mal, así que ahora debemos hacer una lista de prioridades”, apuntó.
El presidente Montezemolo disculpaba a los suyos, pero exige una reacción. “La primera carrera ha ido mucho peor de lo que esperábamos. No hay duda de que estamos pagando el precio del Mundial 2008, que terminó en la última curva, de la última vuelta, de la última carrera”, apuntaba en la prensa italiana.
A McLaren, por su parte, le tocó la lotería. Pese a la falta de competitividad del MP4-24, el equipo pudo poner uno de sus monoplazas en el podio después de que Lewis Hamilton, que salió en la última posición, finalizara la prueba en el tercer lugar. El campeón inglés, sin embargo, toca con los pies en el suelo y advierte: “No podemos guiarnos por el podio de Australia, nuestro coche está bajo en rendimiento”.
¿Qué le pasa al McLaren? “En Australia sumamos más puntos de los que realmente esperábamos. Yo esperaba sumar un punto, así que haber conseguido seis fue un éxito. Exprimí toda la velocidad que tiene el coche, conduje una de mis mejores carreras y competí con todo corazón, pero este es el monoplaza más difícil que he pilotado en toda mi vida, pero en cuestión de fiabilidad va bien”, confiesa Hamilton.
McLaren tiene claro que el problema radica en la aerodinámica y en el chasis, ya que el motor Mercedes ha demostrado ser el más potente de la parrilla. El bólido es muy inestable en curva, sin agarre y no tracciona bien.
Por último, hay que hablar del increíble caso de BMW, que siendo la marca que más a favor ha estado de la introducción del KERS, uno de sus coches no lo utilizaba y, precisamente, era el de Robert Kubica que luchó por las primeras plazas. Lejos de los Brawn, el coche era o no competitivo según si llevaba el sistema de recuperación de energía cinética, con lo que los tres equipos grandes, junto a Renault, que son los únicos que equipan el KERS, se plantean ya dejar de utilizarlo si en Malasia no da ventaja.